jueves, 14 de junio de 2018

MISE EN PLACE


Este término, usado por primera vez por el célebre maestro gastronómico, Auguste escoffier, de origen francés, traduce, "puesto en su lugar" y aunque inicialmente se usaba para la preparación del oficio culinario, también tiene cabina en el oficio de los meseros.

Y es de vital importancia un correcto mise en place y consiste en pre-alistar todos los utensilios, ingredientes y herramientas que vamos a necesitar durante nuestra jornada de servicio, esto incluye muchas cosas como: cubiertos pulidos en su puesto, servilletas de papel o de tela limpias y planchadas, saleros, pimenteros, aceite de oliva, palillos, bandejas limpias, pinzas, hieleras etc, pero todo depende del restaurante en el que estemos, lo importante es conocer con exactitud con lo que contamos para el servicio.

Revisar y repasar una lista de nuestro mise en place, no es perder el tiempo, es usarlo bien, para no perderlo después; debemos procurar no dejar nada a medias, ser detallistas; esos mínimos detalles puede ser sinónimo de un excelente servicio, si somos pro activos y nos adelantamos a los requerimientos de nuestros clientes, ellos lo notarán y sentirán que realmente los esperábamos.

Después de tener a punto nuestro mise en place, viene algo de mucha importancia, nosotros; frente a un espejo debemos revisar nuestra apariencia, igualmente siendo detallistas en nuestro aspecto físico y sobretodo preparar nuestro estado de ánimo;
nuestra actitud debe ser siempre la de dar más de lo que esperan de nosotros.

lunes, 15 de febrero de 2016

como ser un buen mesero

Desde el primer día de trabajo, un buen mesero debe mantener su constancia y dedicación en la profesión que ha escogido, y debe meterse en su cabeza un chip, para tomar conciencia que a partir de la hora de entrada a su trabajo, todas sus acciones deben estar direccionadas  solo a una cosa; brindar un excelente servicio a sus clientes.

Aunque suene repetitivo, lo primero en trabajar debe ser nuestro aspecto personal, empezando por nuestra presentación personal, manteniendo nuestras manos en perfecto estado, limpias con uñas cortas y libres de joyas; Nuestro cabello obviamente limpio y corto, no deberemos usar perfumes fuertes solo aquellos que nos dan una nota de frescura, nuestro uniforme perfectamente planchado y usando solo aquellas prendas autorizadas por nuestra empresa.


Otro aspecto que es importante, es nuestra parte intelectual, deberemos cultivar el hábito de lectura para mantenernos actualizados en cuanto a los aconteceres nacionales e internacionales, leer un poco de cada cosa, conocer la historia de nuestra ciudad, datos importantes de nuestro país, todo esto para que en cualquier momento en que alguno de nuestros clientes desee interactuar con nosotros, no nos quedemos sin palabras dando la impresión de ignorancia.


Informarnos de todo lo relacionado con el funcionamiento del restaurante, es clave, debemos conocer todo el establecimiento, dónde está ubicada cada cosa, como los toma-corrientes o enchufes eléctricos disponibles para los clientes, si se dispone de lugares para guardarles elementos, identificar las rutas de evacuación, los extintores, en fin, ser detallistas en cuanto a todo lo que al establecimiento se refiere.


Conocer todos los ingredientes de los platos que ofrece nuestro restaurante, es también primordial, por un lado, para asesorar correctamente a nuestros comensales y por otro para evitar inconvenientes con las posibles alergias de ellos, para lograr esto, debemos mantener una buena comunicación, con el chef o con los jefes de cocina.


De esta manera nos estamos adentrando en el fascinante mundo de los meseros, en las próximas entregas, empesaremos a tratar temas mas técnicos como, el mise en place, técnicas de servicio en la mesa, servicio de vinos etc.










miércoles, 3 de febrero de 2016



ser un buen mesero


La profesión de mesero, se puede convertir en una de las mas gratificantes que existen, tanto en lo personal, como económicamente, ya que vivir para servir, debe ser uno de nuestros propósitos de vida y si ademas nos pagan por eso, pues perfecto. 

Cuando niños todos soñamos con ser astronautas, médicos, militares, etc. , pero no creo que algún niño sueñe con ser mesero, la realidad es que todos los meseros, o llegamos por necesidad o por accidente y algunos descubrimos que de una manera u otra, nacimos para esto, y es ahí, cuando empieza nuestra preparación para hacer de nuestra profesión la mejor de todas. 

Y es que precisamente, es la continua capacitación la que nos mantiene actuales y en continuo crecimiento profesional y personal.

En este espacio quiero compartir algo de mi experiencia en este fascinante oficio, pero ademas està abierto a todos para que también compartan sus conocimientos.

Para ser mesero de verdad, debemos actuar bajo 4 mandamientos, HUMILDAD, DISCRECIÓN, AMABILIDAD Y PSICOLOGÍA. 

La humildad, no la debemos confundir con la pobreza o falta de recursos, la entenderemos como el abandono de la arrogancia. Para aplicarla a nuestra profesión la debemos entender en el contexto adecuado, por ejemplo, si soy mesero y conozco las normas de etiqueta y protocolo, o soy un experto en el tema de vinos,  o en fin manejo muy bien alguno, o todos los temas del mundo de los restaurantes u hoteles; al atender a un cliente que desconozca estas normas, no lo debo hacer sentir un ignorante, al contrario, aplico todo, para que su estadía, sea placentera. 

Los meseros debemos actuar con absoluta discreción, ante toda información que obtengamos acerca de nuestra empresa, nuestros jefes, nuestros compañeros y obviamente de nuestros clientes para no vernos envueltos en situaciones incómodas.

La amabilidad no necesita mucha explicación, cabe recordar que a un cliente no le importa nuestros problemas, él siempre espera un servicio amable, porque està pagando por ello, es por eso que nuestro gesto debe ser siempre de disponibilidad y el signo que nunca debe faltar es una sonrisa amable.  

En cuanto a la psicología, no es necesario ser un erudito en el tema, solo debemos ponernos en el sitio del cliente, para empezar a descubrir, qué busca o qué necesita y así satisfacerlo.