miércoles, 3 de febrero de 2016



ser un buen mesero


La profesión de mesero, se puede convertir en una de las mas gratificantes que existen, tanto en lo personal, como económicamente, ya que vivir para servir, debe ser uno de nuestros propósitos de vida y si ademas nos pagan por eso, pues perfecto. 

Cuando niños todos soñamos con ser astronautas, médicos, militares, etc. , pero no creo que algún niño sueñe con ser mesero, la realidad es que todos los meseros, o llegamos por necesidad o por accidente y algunos descubrimos que de una manera u otra, nacimos para esto, y es ahí, cuando empieza nuestra preparación para hacer de nuestra profesión la mejor de todas. 

Y es que precisamente, es la continua capacitación la que nos mantiene actuales y en continuo crecimiento profesional y personal.

En este espacio quiero compartir algo de mi experiencia en este fascinante oficio, pero ademas està abierto a todos para que también compartan sus conocimientos.

Para ser mesero de verdad, debemos actuar bajo 4 mandamientos, HUMILDAD, DISCRECIÓN, AMABILIDAD Y PSICOLOGÍA. 

La humildad, no la debemos confundir con la pobreza o falta de recursos, la entenderemos como el abandono de la arrogancia. Para aplicarla a nuestra profesión la debemos entender en el contexto adecuado, por ejemplo, si soy mesero y conozco las normas de etiqueta y protocolo, o soy un experto en el tema de vinos,  o en fin manejo muy bien alguno, o todos los temas del mundo de los restaurantes u hoteles; al atender a un cliente que desconozca estas normas, no lo debo hacer sentir un ignorante, al contrario, aplico todo, para que su estadía, sea placentera. 

Los meseros debemos actuar con absoluta discreción, ante toda información que obtengamos acerca de nuestra empresa, nuestros jefes, nuestros compañeros y obviamente de nuestros clientes para no vernos envueltos en situaciones incómodas.

La amabilidad no necesita mucha explicación, cabe recordar que a un cliente no le importa nuestros problemas, él siempre espera un servicio amable, porque està pagando por ello, es por eso que nuestro gesto debe ser siempre de disponibilidad y el signo que nunca debe faltar es una sonrisa amable.  

En cuanto a la psicología, no es necesario ser un erudito en el tema, solo debemos ponernos en el sitio del cliente, para empezar a descubrir, qué busca o qué necesita y así satisfacerlo.


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